Robots Venezolanos: Ro-Jet

A principios del año 1985, la fabricante venezolana de juguetes JEICA (Juegos y Entretenimientos Infantiles Compañía Anónima) aspiraría entrar en el mercado de los robots transformables, representado principalmente por la marca Transformers, para lo cual contactarían a Hasbro en un intento por conseguir los moldes en alquiler para poder fabricarlos localmente. Lamentablemente Hasbro ya tenía alquilados todos los moldes a otras compañías licenciatarias de otros países, por lo que JEICA, si quería realmente producir robots transformables, tendría que buscar otro camino.

Tsvi Kornbluth, gerente general de JEICA para ese momento, tomaría la decisión entonces de fabricar un robot transformable completamente nuevo, sin basarse en ningún molde o diseño previo. Los planos y las matrices de los moldes serían encargados a diseñadores españoles siguiendo las indicaciones y especificaciones de JEICA. De esta manera nacería Ro-Jet, un robot completamente plástico, de tamaño grande, mayor al del promedio de Transformers, resistente y de fácil manipulación por los niños. El monto invertido sería de 100 mil dólares, al cambio de 8 bolívares por dólar (estamos hablando del año 1985). Finalmente, para la navidad de 1985 entraría al mercado.

Posteriormente, Ro-Jet sería fabricado bajo licencia venezolana en países como Perú, Argentina, Brasil y finalmente en España, bajo la marca Clim. Para principios del año 1987 se pensó en comercializar un accesorio que le diera movilidad autónoma al robot, una especie de motor, pero finalmente no llegó a producción, debido suponemos a la caída en las ventas de robot. Junto con Ro-Jet aparecería también su competencia, el Robot X-4, fabricado por la empresa venezolana Plásticos Rositere. Pero X-4 (y su “hermano” Drago) no era un diseño netamente venezolano, y de él estaremos hablando en un próximo artículo.

Ro-Jet cuenta con un diseño muy sofisticado, la transformación de robot a vehículo espacial es bastante intuitiva y sencilla. Cuenta con un tren de aterrizaje movible y varios pares de alas y alerones móviles, que pueden colocarse de diversas maneras en cualquiera de las transformaciones. Sus brazos y piernas son extensibles y retráctiles. Incluye tres accesorios: un piloto y dos pistolas. Las pistolas, además, funcionan también como vehículos de menor tamaño donde puede colocarse al piloto. La cabina del robot se abre, para colocar al piloto, al mejor estilo Mazinger.

Lamentablemente en la actualidad, son pocas las personas que conocen y recuerdan al Ro-Jet. En un mercado invadido por robots japoneses es una lástima que Ro-Jet haya caído en el más injusto olvido. Ni siquiera el “revival” de robots de los años 70’s y 80’s ha logrado traer de vuelta a Ro-Jet, el único robot concebido, diseñado, fabricado y distribuido totalmente por venezolanos para venezolanos. Son pocos los coleccionistas de robots que lo toman en cuenta, enfocados siempre en robots orientales, sin tomar en cuenta el único robot que realmente representa sus raíces.